Siete vidas y media

"¿Dónde estará mamá?" Piensa el pequeño, un poco asustado. Se acurruca y se abraza a sí mismo, recordando sus palabras hace unos minutos. Ella le dijo que no saliera del armario pasara lo que pasara, que iban a jugar a que el hombre malo no los encuentre. Pero él no entiende por qué se ha ido, si en ese escondite tan bueno caben los dos... "¿Se habrá escondido en otro lugar?" De repente, empieza a escuchar voces en el piso de abajo. Está muy lejos como para oírlo bien, pero juraría que es la voz de su madre. También, escucha una voz mucho más grave, que le resulta familiar. Podría ser el tío Toni, mamá siempre dice que los hermanos se enfadan mucho, pero que se quieren igual y se perdonan. Pero, ¿y si es el hombre malo, que la ha encontrado? En ese momento, comienza a crecer su miedo. Por más que lo intenta, no puede entender qué dicen ahí encerrado, pero prometió que no se movería del ropero hasta que acabase el juego, y él no quiere que le crezca la nariz como

"Os voy a contar"    Junio 18, 2020. Cierra los ojos e intenta imaginar una vida diferente, una en la que esos barrotes no le impidan volar hacia su libertad. Es entonces, cuando trata de recordar algo hermoso, pero sin saber cómo, ya apenas es capaz de eso. ¿Tanto tiempo ha pasado encerrado, que hasta su memoria le falla? Antes, ningún otro podía llegar tan alto como él, y su espíritu se alzaba inquieto, ansioso por conocer cada uno de los secretos que la naturaleza escondía. Hoy, sin embargo, no era más que un pobre animalillo cansado, casi sin fuerzas para levantar el vuelo. Desde hacía mucho, no dejaba de preguntarse por qué ya no salía el sol. No podía observar más luz en aquel mediocre salón que el pobre destello que dejaban entrar esas ventanas de cristal translucido, junto con el suave alumbrado de una pequeñita lámpara de marfil perfectamente centrada en el escritorio de madera. En lugar del canto de otros pájaros, el ya enfermizo y lento paso de un enorme reloj de p

Muchas veces, dándole vueltas a la cabeza, no puedo evitar sumergirme en cierto debate interno que tengo. Pienso en la dulzura y la falta de prejuicios que tienen los niños. Estoy segura de que no soy la única que cree que es una maravilla verlos imaginar un universo entero en un momento. Que, hasta lo más complejo, en su cabeza tiene una respuesta obvia e increíblemente sencilla que a los adultos se nos escapa. ¿No es extraordinario que desde su perspectiva lo más pequeño pueda ser un mundo, y que lo más complicado desde la nuestra sea para ellos la cosa más simple? La cabeza de los adultos, por el contrario, siempre es un auténtico caos, admitámoslo. Tenemos la mente llena de problemas sin resolver, cosas que hacer o que jamás haremos, culpabilidades, juicios hacia nosotros mismos y a los demás, dilemas personales, responsabilidades… Ya no queda espacio para ser infantil. Dejamos de ver la sencillez de las cosas y pasamos a complicarnos la existencia hasta por lo más insignificante.

"Os voy a contar" , es el nombre del que fue mi anterior Blog. Es también el boceto de una idea que yo tenía, a la cual estoy tratando de dar forma ahora. Es el motivo que me ha traído aquí y que me ha animado a retomar lo que un día empecé. En esta categoría llamada "ILUSIONES DEL AYER", quién quiera podrá conocer y curiosear mis escritos del pasado.

Llevaba días, tal vez incluso semanas, pensando en escribir esto… Y es curioso que ahora que me pongo a ello me cueste tanto arrancar. Yo creo que a estas alturas de la película estamos ya todos concienciados de que la vida básicamente se basa en pegarnos ostias ¿a que sí? Pero es cómico que la mayoría de veces, y por más advertidos que estemos por las señales del universo, no lo veamos venir. Interesante forma de aprender… Porque definitivamente los seres humanos somos tan opacos que para aprender algo como es debido nos hace falta la ostia de nuestra vida. No por nada, dicen que a veces para crecer y avanzar es necesario caerse en un hoyo, y cuanto más profundo mejor. Aunque, pensándolo fríamente, esa no es la mejor parte: ¿Qué es una buena ostia sin que, de paso, se te junten otras cuantas cosas malas en el mismo saco? Porque, otra cosa clara, es que no hay quien cambie eso. Igualito a cuando te haces una herida, que todos los golpes te los llevas en el mismo sitio. La cuestión, ya

  Siete vidas y media  es un camino personal que empieza el día de hoy. Es un nuevo comienzo, la evolución de un concepto que nació hace ya años, siete años de hecho, como siete vidas.  Con la mentalidad de una niña que se movía por su curiosidad hacia la escritura, creé un blog con la ilusión de mostrar mi forma de pensar, contar vivencias, publicar relatos y descubrir mi propio potencial para escribir. Hoy, después de mucho tiempo sin entrar allí, volví a sentir esa inspiración al plasmar en papel mis propias reflexiones, y eché de menos el blog. Pero cuando creces como persona y maduras, al mirar atrás te das cuenta de que tu forma de pensar, e incluso tu forma de escribir evolucionan, y ya no son las mismas. Así que decidí empezar de nuevo... nuevo blog, nuevas ideas, y nuevas ilusiones. Me encuentro en el punto medio entre la oruga que nace y crece para transformarse en mariposa... Y aunque no sé a dónde me llevará este camino, me gustaría compartirlo.