La caja metálica

Me sumo un poco tarde a la convocatoria de este jueves. Desde el blog El Demiurgo de Hurlingham, se nos propone un reto entorno a una caja misteriosa... 




Me abrumó cruzar el viejo portón de la casa de mis padres después de tantos años. Pero, con su ausencia, no hubo más remedio que vaciarla. Con la ayuda de unos compañeros, aquellos muebles teñidos de recuerdos fueron abandonando el lugar, hasta dejar la estancia en completa soledad. Como un favor personal, les pedí a los demás que me dejaran a solas en el desgastado desván. El aire irrespirable por la escasa ventilación, me acompañaba. 
Con algo de dificultad, comencé a moverme por las abultadas tablas del suelo de madera, procurando que las ruedas de mi silla no tropezaran con ningún objeto. 

No lo recordaba tan desordenado. Años atrás, había un espacio para la mecedora de mi madre junto a su mesita de café, o el estante donde mi padre solía dejar su radio cassette y su colección de tebeos. De pequeño, tenía un modesto rincón para mis juguetes y maquetas, que ahora se encontraba sepultado bajo cajas cubiertas de telarañas. Es una pena que, después de mi accidente, no volviéramos a subir allí.

Empecé a abrir cajas llenas de recuerdos, encontrando cartas, álbumes de fotografías, ropa pasada de moda, figuritas... Todo ello me invadió de nostalgia. Sin embargo, al profundizar en mi búsqueda, vi entre los escombros una caja metálica. No era demasiado grande, pero había algo inquietante en ella... Al alcanzarla, un escalofrío me recorrió la columna. Estaba cubierta de polvo y moho, completamente oxidada, así que fue difícil abrirla. Mientras oía crujir las bisagras, empecé a sentir gran inquietud.

En su interior había papeles arrugados, fotografías descoloridas y recortes de periódicos de hace más de veinte años. Los titulares mencionaban a niños desaparecidos en nuestra pequeña comunidad, todos de mi misma edad de entonces. Me detuve en una foto en particular, que parecía un collage. Era vieja, amarillenta, y allí estaba yo, entre una decena de niños sonrientes, todos de menos de diez años. En el bordillo del papel, alguien había escrito a mano: "Última foto antes de desaparecer."

Empecé a comparar esa imagen con las de los periódicos... Uno tras otro, todos niños desaparecidos, familias desgarradas, y finalmente, lo vi: un recorte muy maltratado, que mostraba la foto del hombre detenido por el asesinato de nueve menores.

Algo en mi interior hizo clic. Las piezas comenzaron a encajar de forma perturbadora. La silla de ruedas... el accidente en mi niñez... esa parte de mi vida que siempre había sido borrosa, como un recuerdo lejano y distorsionado. La verdad me golpeó como un mazazo. No había sido un accidente. Mi madre nunca hablaba de ello, y mi padre me observaba con una tristeza que nunca supe comprender, como si supiera algo que yo no sabía.

En ese momento lo entendí. Yo había sido uno de esos niños. Uno de los que desapareció, uno de los que estuvo en manos de aquel monstruo... El que habría sido su última víctima, de no ser por la intervención de la policía.

El temblor de mis manos impidió que pudiera sujetar la caja, y sin querer, el metal se deslizó entre mis dedos hasta caer al suelo. Entonces, me di cuenta de que la caja tenía un doble fondo que, al caer, se rompió. Pronto noté que entre las piezas rotas había algo, un trozo de papel que no había visto antes. Al leerlo, la nota decía: "Te encontré."


Comentarios

  1. Qué manera de enterarse de algo tan grave. El último papel tiene un tono ominoso. Le va a costar mucho superar lo que ocurrió. Un relato realmente bueno.
    Saludos cordiales.

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    1. Si, descubrir algo así, de por si ya debe ser algo impactante, y en esa situación, bastante perturbador.
      Muchísimas gracias, es un tema delicado de escribir, así que agradezco mucho el cumplido.

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  2. Muy bien escrito.
    El personaje se encontró con una revelación inquietente, que a la vez necesitaba conocer.
    La verdad de que no fue un accidente lo que lo llevó a usar una silla de ruedas. Y que la policía lo salvó de algo peor.
    Esa frase agrega inquietud.
    Un abrazo.

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    1. Si, muy necesario aunque también doloroso encontrarse con una verdad tan dura.
      La frase final es tal vez un: Continuará... (Quizás)
      Un abrazo!

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  3. espero que en sucesivos relatos nos desveles íntegramente todo lo que no nos has contado ahora.
    Una composición magnífica de comienza a fin.

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    1. Gracias, Tracy! Pues, fíjate que me lo estoy planteando. Nunca he escrito una continuación de ningún relato, y quizá este sea el idóneo para intentarlo.
      Un abrazo!

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  4. muy buen relato.
    la acción avanza y poco a poco nos desvela claves, muy bien racionales. y luego , ves de reojo que llega el final, pero no el desenlace, y por fin hay normas ni menos que dos sorpresas finales.
    la caja es un protagonista menos inanimado de lo wue parecía.
    Abrazooo

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    1. Gracias, Gabiliante!
      Sii, intenté que la trama avanzase escalonadamente, intentando no sobre pasar en exceso la extensión... Celebro haber conseguido mantener esa intriga para el lector.
      Gracias, otro abrazoo!

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  5. Un texto impoluto y que bien contada la historia, un verdadero dram el descubrir tal barbaridad. Te felicito, lo has hecho de diez.
    Un besazo.

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  6. Que terrible forma de recordar un suceso que su mente mantenía oculto. Pero me dejó pensativa esa nota, "te encontré" es aterrador. Un abrazo

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    1. Sii, tal como un jarrón de agua fría sobre el protagonista.
      Y, efectivamente, esa última nota, dejaría aterrado a cualquiera!
      Gracias Nuria, un abrazo!

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  7. Me hizo poner los pelos de punta ese final con un giro tan dramático. A veces es necesario conocer nuestros orígenes para poder sanar. Porque esas huellas invisibles en la memoria de una u otra forma nos hacen daño. Un abrazo

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    1. Muy bien dicho! Es importante conocer nuestro origen, precisamente porque el desconocimiento puede causar mucho daño en determinadas ocasiones.
      Muchas gracias, Sindel.
      Un abrazo!

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  8. El pasado nunca acaba de irse del todo.

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  9. Realmente una historia muy bien escrita, muy triste, pero con un final esperanzador, me ha gustado mucho, te felicito.
    Un abrazo.
    PATRICIA F.

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    1. Me alegra mucho que te haya gustado tanto. La idea de escribir una historia con este punto de inquietante me llamó desde que supe el tema de la convocatoria.
      Gracias, Patricia. Un abrazo!

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  10. Los criminales que tienen un tema serial son los mas interesantes de todos

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    1. Muy cierto, Jose. Tienen algo, que aunque perturbador resulta muy interesante. Tal vez sea por su Modus Operandi... por todo lo que puede haber detrás de los asesinatos...
      Gracias por tu comentario, un abrazo!

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  11. Tremendo relato, muy bien narrado, me gustó mucho! Y ese final con la nota... Besos por ahí!

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    1. Gracias, Mari! Me alegra que te haya gustado, y aun más el final.
      Besos!

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  12. El relato te atrapa, te lleva al fondo de la mente perturbada, de las mentiras y ocultamientos, de la lástima. Tremendas revelaciones, porque hay mucho más de lo que se deja entrever, la nota final revela una trama interesante y que sumo mi poroto a que haya una continuación...

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    1. Vaya! Ya he visto varios comentarios animándose a leer una segunda parte... la verdad es que podría salir de esto un buen proyecto.
      Muchas gracias por tus palabras, celebro haber podido atraparte a lo largo del relato!
      Un abrazo

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  13. Espero que la nota no fuera premonitoria. Al cabo de tantos años uno se inclina a pensar en algo fortuito que la nota apareciera. Y como dices más arriba, es probable que abra la puerta a una deseada continuación de la historia.
    Muy buena aportación.
    Enhorabuena.

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  14. Aunque te hayas sumado tarde a la convocatoria, ha merecido la pena. Un relato que engancha de principio a fin y la verdad es que me ha dejado con ganas de leer más. Una caja reveladora y realmente dramático el contenido que te deja con la piel erizada la verdad.

    Yo también llego tarde a leeros, la semana pasada anduve muy mal de tiempo, pero nunca es tarde si la dicha es buena.

    Un abrazo.

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