Verde, que te quiero verde

Para el reto de este jueves nos animaba Neogeminis a dejarnos inspirar por el tan significativo color verde. Aquí os dejo mi participación.

Qué extraña es la suerte: tan esquiva a veces, tan abstracta, tan poderosa.

Hoy quiero hablaros de una gran mujer, la más feliz que jamás haya conocido… Libre, alegre, optimista y brillante; tan brillante como el mismo sol. Hablo de una persona muy especial, pero, a su vez, tan cercana y sencilla como tú y como yo. Una mezcla interesante, lo sé.

Desde hace muchos años, ella siempre encontraba montones de tréboles a su paso: aquellos que todos hemos querido tener alguna vez, los codiciados y verdes tréboles de cuatro hojas. Bastaba con pasear por cualquier campo, y ahí estaban, bajo sus pies. Caminaba por algún pradín de la ciudad, y más que se encontraba. Allá por donde ella pisara, siempre había alguno que recoger.

Pensaréis: ¡qué maravilla! Cuánta suerte ha de tener… Pero os gustará saber que, lejos de ser avariciosa, cada vez que encontraba un trébol, lo plastificaba y lo guardaba, no para sí, sino para los demás.

Año tras año, llegó a acumular tantos que hizo rebosar más de una caja. Y sin faltar un solo día, siempre que salía, llevaba consigo una bolsita con sus amuletos verdes, lista para ofrecérselos al mundo. Podías verla en el supermercado regalando suerte a las cajeras, en las tiendas, o por las calles de la bulliciosa Barcelona. Siempre con una sonrisa en el rostro, iluminando los días grises de muchas personas… Y aún más conmovedor era ver la cara de sorpresa y emoción de quien recibía aquel obsequio, tan inesperado como significativo.

Os preguntaréis qué fue de aquella mujer maravillosa, que día tras día compartía con los demás su ilusión. Hoy en día es conocida por muchos en esa gran ciudad —e incluso más allá— y, aunque el peso de los años se note en su espalda, mantiene intacta la alegría del principio. Sigue repartiendo suerte, ¡porque esas cajas llenas de tréboles aún dan de sí!

La persona de la que hablo es, ni más ni menos, que mi abuela. No conozco a nadie más honesto ni más dulce. Y no exagero si os digo que es pura bondad. De ella aprendí que la vida es mejor con una gran sonrisa, y ese mensaje tan sencillo, lo ha sembrado, día tras día, en el corazón de quienes han tenido la suerte de cruzarse en su camino. Porque si algo he entendido gracias a ella, es que la verdadera suerte no se encuentra: se comparte.


Comentarios

  1. Pero qué belleza de historia, 712! me alegra que el tema de la convocatoria te haya inspirado para sacar a relucir un gesto tan tierno como el el que cuentas, coleccionar para después regalar los verdes amuletos que esta mujer tan especial va encontrando. A propósito, me has hecho recordar que mi abuela también solía encontrar con facilidad los tréboles de cuatro hojas que para otros, nos eran esquivos. Un abrazo y muchas gracias por sumarte

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    1. No me pareció que hubiera mejor tema para escribir, tratándose de una convocatoria tan verde. Y su gesto hacia los demás me parece algo hermoso que contar.
      Sii? Yo en mi vida solo he conocido a dos personas capaces de encontrarlos con facilidad, pero mi abuela siempre va a ser el mejor ejemplo para mí.

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  2. Que lindo texto nos dejas, y que bella tu abuela.
    Aquellas personas que regalan alegría son una gozada estar cerca de ellas.
    Y no hay mejor regalo que una sonrisa, pero si va acompañada de un trébol verde ya es lo máximo .
    Gracias, por tu aporte, toda una delicia .
    Besos

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    1. Qué de acuerdo estoy, Campirela... personas así son las que consiguen que a su alrededor haya gente maravillosa. Mi abuela suele decir, que todo el mundo la quiere, y con razón.. Porque siempre da lo mejor de sí para los demás.
      Sii, no hay mejor regalo.
      Gracias por tu comentario!

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  3. Querida amiga, estou emocionada com sua criativa sua participação de sua realidade de vida. Foi a mais afetuosa, sem desmerecer nenhuma das demais que li, muito bem construídas.
    Minha avó não distribuía trevos, mas era uma santa de verdade também.
    Gostei muito e deixo meus aplausos. O que foi bom deve mesmo ser compartilhado.
    Tenha dias abençoados!
    Beijinhos fraternos de paz e bem

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    1. Gracias, Roselia, realmente se trata de un texto muy emocional, más tratándose de la persona de quién trata.
      Algo tienen muchos abuelos que los hace maravillosos, pero también tengo que decir, que no hay tantas personas capaces de mantener esa alegría y esa fuerza... eso es lo que yo aplaudo.
      Muchas gracias por tus palabras, un abrazo grande!

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  4. Hola Sckyw!
    Lo que si es una gran suerte en la vida es compartirla con personas como ella, generosas y dulces! Hay personas que son verdaderos tesoros por todo lo que representan y nos aportan, y que hay que conservarlas cerca, ellas son las que nos dan suerte y vida! Un abrazote!

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    1. Tienes toda la razón, esas son las personas que aportan luz a la vida de los demás.. y hay que cuidarlas y mantenerlas, porque es una suerte que formen parte de nuestro día a día.
      Gracias por tu comentario, un abrazo!

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  5. Una historia conmovedora y más sabiendo que es real y que la protagonista es tu abuela.
    Te felicito por tenerla y por haberla compartido con nosotros.
    un beso en forma de trébol para ella en mi nombre.

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    1. La verdad, es que con esta convocatoria salió este tema de forma tan natural... y admito que me encanta poder compartirlo con los demás.
      Haré que le llegue ese beso, Tracy, muchísimas gracias. Un abrazo para ti!!

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  6. Interesante historia, no sabia lo de los treboles, pero parece un regalo muy bello

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    1. La verdad es que es un regalo que tiene mucho impacto.
      Gracias por tu comentario, Jose. Un abrazo!

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  7. Hola, hola! ✨

    Muchísimas gracias por compartir esta semana un relato tan íntimo y, además, ¡tan ligado al verde! 🌿💚 Vaya tesoro de historia… Porque, vamos a ver, regalar esperanza y buena suerte a manos llenas no es cosa de cualquiera, ¿no? Más bien parece obra de algún angelillo muy sabio.

    Me quedo con la sonrisa de pensar que, en este mundo tan revuelto, aún quedan destellos así. ¡Un abrazo fuerte (y que la buena suerte nos siga rondando)!

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    1. Gracias a ti y a los demás por pararos a leer mi participación, Lucila.
      Pues, ahora que lo mencionas, siempre me gustó ver a mi abuela con esos ojos, como si de verdad se tratase de un ángel que te cuida y mira por ti..
      Gracias por tus palabras, un abrazo muy grande!

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  8. No me extraña que tú abuela deje una profunda huella en ti. Una historia bellísima y que suerte tienes con tenerla. Un abrazo

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    1. Por algo sus nietos la queremos con locura, tengo una suerte muy grande.
      Gracias por tu comentario, Nuria, un abrazo!

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  9. Que historia tan dulce y bonita, gracias por compartir este recuerdo familiar sobre tu abuela, una mujer tan excepcional como generosa. Un placer haberla conocido gracias a ti. Y me quedo también como seguidora para seguir viniendo. Un abrazo

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  10. Me hiciste emocionar con tu historia, porque cuando comencé a leerte, lo primero que pensé fue en mi abuela, mi nonna, ella siempre encontraba tréboles verdes de cuatro hojas y recuerdo que salíamos juntas a caminar y me enseñaba a buscarlos, un día yo encontré uno de 6 hojas y fue una fiesta entre ella y yo, lo guardé en un libro de poesía y allí estuvo casi toda mi vida.
    Yo sigo con la tradición de mi abuela de buscar tréboles de 4 hojas y tengo suerte porque encuentro muchos, el año pasado encontré uno de 6 nuevamente después de casi 50 años y supe que mi abuela de alguna manera me estaba acompañando.
    Un abrazo grande y gracias por este texto que me trajo tan lindos recuerdos.
    PATRICIA F.

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  11. Es una historia llena de caminos, con bla bondad y la duerza de quien regala vida

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  12. Qué mujer más generosa tu abuela, que guardaba tréboles para los demás, no me imaginaría que fuera a ser tu abuela hasta que no he leído el final, me ha enternecido tu relato, es precioso.

    Un besazo.

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